Santísimo Cristo de la Buena Muerte

Imagen tallada en madera de cedro real y policromada al oleo, con una altura aproximada de 185cm. Es representado muerto, con la cabeza inclinada al lado izquierdo, en postura inversa a la que suele ser habitual en esta iconografía. Anatomía robusta y notablemente marcados los relieves musculares de tronco y extremidades. Las palmas de las manos aparecen abiertas, los brazos colgantes del travesaño y las piernas, rectas y unidas por las rodillas, estando ambos pies casi en posición de aspa, fijados al arbóreo y cilíndrico madero por un solo clavo.

En el rostro quiso reflejar el autor la serenidad alcanzada por Cristo con su fallecimiento, tras padecer innumerables humillaciones y tormentos. Es por ello que se ha borrado casi todo el rastro de dolor, mostrando un Varón un rictus sereno, los ojos prácticamente cerraos, la nariz ancha y los carnosos labios entreabiertos, con los dientes tallados en su interior. El cabello, encrespado y abundante, se peina al centro y queda rodeado por una corona de largas y afiladas espinas, tallada en la misma obra.
La aceitunada policromía, rica en signos de la Pasión, tales como contusiones, cardenales, latigazos o regueros de sangre, para los cuales se han utilizado,  además de los pinceles, gotas de vidrio rojizo, con el fin de otorgar un mayor realismo. Cubre su desnudez un sudario cordífero y de movidas telas, anudado por los lados, que recuerda al recreado por D. Francisco Antonio Ruiz Gijón para el famoso Cristo de la Expiración sevillano.

La Imagen fue realizada por D.Manuel Martin Nieto de la localidad sevillana de Morón de la Frontera, entre los años 2008 y 2009.

El Santísimo Cristo de la Buena Muerte, fue recogido el 20 de Marzo de 2019 y bendecido al día siguiente en la Basílica de la Purísima, por D. Francisco Azorín García.