Sede Canónica

Historia

La monumental Basílica Arciprestal de la Purísima Concepción de Yecla se construyó en un largo período de tiempo desde 1769 hasta 1868. El proceso fue además de largo, conflictivo. Avanzado el siglo XVIII se vio la necesidad de construir un templo mayor que la antigua parroquia de la Asunción -edificio de principios del siglo XVI- que había quedado demasiado pequeña para la gran afluencia de fieles que acudía a las celebraciones religiosas.

 

Ya en 1642, un predicador yeclano, fray José Ibáñez Soriano, plantea la necesidad de construir un nuevo templo. La idea cae en el olvido y doce años más tarde otro predicador plantea de nuevo la necesidad. El ayuntamiento recoge la sugerencia y comienzan los trámites administrativos. Pero son muchos los inconvenientes, entre ellos, el económico. En 1765 se pide el permiso del obispo que se concede en 1772; la obra se puede realizar pero con recursos de la villa. La primera piedra se pone el domingo 22 de Octubre de 1775. Una inscripción en el ángulo noroeste de la fachada principal conmemora el evento y señala el lugar de su colocación. La construcción se interrumpe en numerosas ocasiones.

El proyecto es de José López (1730-50), que trabajó como colaborador de Bort en la fachada de la catedral de Murcia, en la torre de dicho templo y en el Palacio Episcopal. El proyecto fue aprobado por la Academia en 1774. En 1777 surge el primer problema: el maestro Alarife quiere desplazar a López en la dirección de la obra. Tras varios pleitos, idas y venidas con el Concejo y el obispado, López cesa en sus funciones. El obispo encarga un nuevo plan a Mateo Bolarín y José Alcami, que varía un poco respecto al original, esencialmente reduce algo las dimensiones. El obispado y el ayuntamiento nombran tres peritos que examinan las obras y encuentran adecuado el diseño de López. Solucionados los problemas en 1780 se sigue con las obras. En 1785 ya está avanzado hasta el arranque de los arcos de las capillas; sin embargo, los problemas continúan, esta vez económicos. Se recibe ayuda del gobierno, que dará poco, y en 1793 se paralizan las obras

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Tras una nueva serie de pleitos, el Consejo de Castilla ordena la continuación en 1803. Sigue todo con un ritmo muy lento hasta que la guerra de la independencia la paraliza definitivamente. En 1859 se encargan nuevos planos al arquitecto Jerónimo Ros, con los cuales se concluye el templo. Ros era un arquitecto estrictamente neoclásico; algunas de las partes más características del edificio, como la cúpula, se deben a él. Por fin en 1868 se pudo inaugurar el templo, gracias a los vecinos que contribuyeron a su conclusión con su trabajo y sus bienes. A causa de los parones y de la anarquía con que al final se condujo el edificio, gran parte de los capiteles y de los elementos decorativos están sin tallar totalmente, y la fachada principal no se llegó a concluir. Sin embargo, pese a todas estas carencias no cabe duda que la basílica de la Purísima de Yecla es uno de los más importantes edificios de la arquitectura de los siglos XVIII y XIX.


Descripción artistica

La Basílica de la Purísima Concepción presenta planta de tres naves con un amplísimo crucero que conforma una cruz latina. El presbiterio, está rodeado por girola, que supone la prolongación de las naves laterales. Tanto la nave mayor como las laterales tienen tres tramos a los que corresponden las capillas laterales alojadas entre los contrafuertes. Asimismo, a la girola se abren otras cuatro capillas, la del Carmen y la de la Antesacristía, y otras dos, la de las Virtudes o de las Angustias y la de la Comunión.

En el interior del templo, las naves se separan mediante arcos de medio punto. La nave central, al igual que el transepto o crucero, es más alta que las laterales y aquéllas, a su vez, son también de mayor altura que las capillas. Las cubiertas apoyan sobre gruesos pilares de sección cruciforme. Los alzados se organizan en la nave central mediante enormes pilastras corintias de gran belleza que descansan sobre altos pedestales. Los capiteles son muy bellos, con dos filas de hojas de acanto y dos pequeñas volutas. Dado los avatares que sufrió la obra, la gran mayoría quedó, como el resto de los capiteles de las diversas partes de la fábrica, sin terminar de labrarse.


La nave central y el transepto se cubren con una enorme bóveda de cañón reforzada con arcos fajones, decorados con unos motivos geométricos. Las naves laterales se cubren con bóvedas vaídas. En el crucero se levanta la gran cúpula semiesférica, con ocho grandes ventanas rectangulares, apoyada sobre arcos torales y pechinas. La nave central y el transepto se iluminan a través de grandes óculos abiertos en los lunetos de la bóveda, con bellas vidrieras de final del siglo XX donde se representan las estaciones del Vía Crucis, colocando así mismo sobre la puerta principal una con el nacimiento de Jesús. El ábside se ilumina igualmente a través de tres óculos con alusiones a las letanías de la Virgen María. En las naves laterales, sobre los arcos de acceso a las capillas, se abren ventanas rectangulares con sus correspondientes vidrieras.

Horario de apertura:

· de 7:30h. a 12h. y de 18h. a 20h. (invierno) /21h (verano)

 

CELEBRACIÓN DE LA SANTA MISA

Días laborables:

· 8h. y 19h. (invierno)/ 20h. (verano)

 

Sábado:

· 8h. y 19h. (invierno)/ 20h. (verano)

 

Domingo y festividades:

· 10, 11, 12h. (Misa Solemne) y 19h. (invierno)/ 20h. (verano)